El 1 de noviembre es, en España, un día de ritos muy arraigados en el que muchas personas acuden a los cementerios a recordar y llevar flores a sus antepasados. Pero, ¿por qué? ¿Cuál es el origen de esta tradición?
Aunque hay muchas versiones que buscan concretar el origen de la celebración de este día, te dejamos aquí cinco datos que harán que conozcas qué hay detrás del nombre y el porqué de celebrar con flores el recuerdo a nuestros seres queridos fallecidos:
1. El origen religioso de la tradición.
Una de las raíces del Día de Todos los Santos tradición está en la historia de la Iglesia católica de aquellas zonas donde el latín era la lengua predominante, como en España. En el siglo IV, el emperador romano Diocleciano emprendió una gran persecución contra la Iglesia. Hubo tantos mártires a raíz de este hecho que no se podía conmemorar la muerte de cada uno en una fecha diferente. Lo que hizo la Iglesia fue dedicar un día para conmemorarlos a todos. Para ello, designó diversos días del calendario hasta que, finalmente, el papa Gregorio III escogió el 1 de noviembre. No obstante, fue Gregorio IV quien extendió la festividad a toda la Iglesia católica en el siglo IX.
2. ¿Por qué el nombre de «todos los santos»?
¿No te has preguntado nunca por qué la celebración lleva el nombre de «todos los santos» si este día recordamos a nuestros seres queridos fallecidos? La palabra «santo», en el sentido bíblico, hace referencia a todos los creyentes. Al darle este nombre a la festividad se conmemora a todas aquellas personas que profesan la fe católica aunque su vida no sea documentada ni llevada a los altares como la de los mártires conocidos.
3. Halloween y el origen pagano del Día de Todos Los Santos.
Decía más arriba que fue Gregorio III quien escogió la fecha del 1 de noviembre para celebrar el Día de Todos Los Santos. Pues bien, lo hizo para hacerlo coincidir con la celebración pagana del samhain o Año Nuevo Celta, que tenía lugar la noche del 31 de octubre.
En el calendario celta, esta fecha marcaba la celebración del final de la temporada de cosecha y del semestre luminoso. Porque para ellos el año se dividía en dos periodos: el semestre luminoso y el semestre sombrío. Estos periodos se caracterizaban por las condiciones climáticas y medioambientales. El periodo luminoso empezaba el 1 de mayo, con la primavera y la temporada de pastos y el pastoreo, y el sombrío, el 1 de noviembre, con la llegada del mal tiempo y el encierro del ganado.
Por otro lado, los celtas tenían la creencia de que en la noche del 31 de octubre, los espíritus de los muertos podían volver al mundo de los vivos. Era la noche en que, además de dar la bienvenida al año nuevo, encendían hogueras para ahuyentar a los malos espíritus. Estos datos explican la vinculación del culto a los muertos con la tradición occidental actual y el origen de Halloween.
4. ¿Y el origen de la tradición de llevar flores a los difuntos cuál es?
Ya en las culturas más antiguas se hacían ofrendas y se llevaban ajuares y otros objetos a las sepulturas de los fallecidos. Es, pues, un rito casi tan antiguo como la humanidad. No obstante, la primera tumba que confirman la tradición de llevar flores es de 13.000 años a.C. Fue descubierta a raíz de una investigación de la Universidad de Haifa en Israel. Eran de la Edad de Piedra y en ellos había restos de plantas coloridas y aromáticas.
5. Flores típicas para el Día de Todos Los Santos: ¿por qué los crisantemos?
Los crisantemos son flores que están presentes en muchos centros y ramos para recordar a nuestros seres queridos fallecidos. Las razones de que ocupen un lugar tan destacado es que florecen durante el otoño y duran y aguantan mucho. Es más, por su perdurabilidad y resistencia, los crisantemos evocan la longevidad y la eternidad.
Hay cientos, por no decir miles, de variedades diferentes de crisantemos. Las margaritas que también son muy habituales en esta época, y que a muchos se nos vienen a la cabeza al pensar en esta fecha, pertenecen a la familia de los crisantemos. Es el crisantemo de tipo margarita.
En Blumenaria utilizamos crisantemos y estas margaritas, pero trabajamos con variedades menos conocidas para aportar ese toque diferente a nuestras creaciones. Además, en esta época utilizamos flores propias de la temporada. Es este uno de los pilares de la filosofía de Blumenaria: las flores de temporada. Por eso, nuestros ramos y composiciones para el Día de Todos Los Santos pueden incluir dalias por ejemplo. Jugamos también con los colores otoñales, los ocres, los cobres y los rojos, con los frutos propios de estas fechas y con las hierbas que tanto nos recuerdan a la lluvia y al verde bosque. Porque creemos en la belleza de las flores como regalo sostenible y como recuerdo inigualable.
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