El arte de las flores
Lo más habitual es que a los que nos dedicamos profesionalmente al mundo floral se nos llame floristas, floresteros (oficio que nada tiene que ver con las flores, sino más bien con la floresta y sus árboles, pero que cuando lo escuchamos, no podemos evitar que se nos escape una leve sonrisilla). Y algunos también nos llaman “la chica de las flores” (que tampoco nos importa). La palabra que menos se utiliza es la de artista floral, aunque sí que es cierto, que hay que ganarse con creces ese nombre.
Poco se habla de diseño floral o del arte de las flores como tal, es decir, de crear piezas, obras de arte hechas de flores y con flores y, por tanto, de llamar a sus creadores artistas florales.
Aunque es cierto, que el arte floral no se puede comparar con las grandes artes, sí tiene la esencia que, desde el punto de vista de Blumenaria, tiene toda obra de arte. ¿Acaso detrás de cada escultura, pintura, edificio o pieza musical no hay un diseño, un mensaje, una técnica, un sentimiento, una dedicación y un buen hacer? Pues os aseguro que detrás de muchas piezas y composiciones de arte floral también lo hay.
Pero cuando en este post nos referimos al arte o diseño floral, no nos referimos solamente a esas maravillosas piezas y obras que pueden embellecer el espacio para el que son realizadas o expuestas, sino que hoy nos queremos referir al trabajo floral llevado a otro campo muy distinto, pero apasionante… ¡El diseño de moda con flores!
Flores entre costuras que te visten
Sí, sí, vestidos y trajes hechos de flores. Trabajos en los que no se sabe muy bien, si es al diseño al que se adapta la flor o la flor la que inspira al diseño. Pero en todo caso, un auténtico trabajo en la búsqueda y selección de las flores y en muchos casos también de otros materiales vegetales, que combinen en color, texturas y mensaje.
Aún más complicada nos parece la tarea de coser, pegar, grapar, engarzar… cual modisto con su aguja y dedal para que las costuras se hagan invisibles.
Nuestro vestido floral juega en este caso con desventaja y contrarreloj frente al vestido no vegetal, al tener que trabajar rápido para conseguir mantener la frescura de la flor hasta el momento de su exhibición. Esto solo se consigue también si, como hemos apuntado antes, se ha elegido la flor idónea para la ocasión y/o tratado adecuadamente para que luzca en el diseño floral y en su modelo.
Una gran responsabilidad, la de la modelo, saber llevar y lucir un vestido o traje floral y que no parezca ni pesado ni incómodo. Aunque, a quién no le gustaría probar, aunque solo fuese “poner y quitar”, uno de esos vestidos de las fotos de este post o el que aparece en el vídeo de la maravillosa Zita Elze, con el que nos despedimos y con el que quizás, podáis ahora asegurar, que aunque con obras efímeras, ¡el arte floral también es arte!
